El acrecentamiento del comercio de frutos del país, la instalación de depósitos de clasificación y almacenaje, la presencia de cueros en la segunda mitad del siglo XVIII y la iniciación de los trabajos de salazón de carne, llevaron a la zona los primeros saladeros.
En 1817, al instalarse en los alrededores del puente el primer saladero del Riachuelo, comenzó a formarse realmente el pueblo, ya que los obreros de esa fábrica construyeron sus casas en el sitio.
Aunque la población rural se acrecentó, había en el área grandes extensiones baldías. El plano del agrimensor José María Manso del año 1817, que traza un diagrama de casi todo el curso del Riachuelo y los hechos existentes entonces, señala el inicio de una población estable en las márgenes del río.
Las barracas primero y los saladeros después, fueron conformando una nueva forma de uso de la tierra (comercio-industria) y estructurando a través de nuevos caminos de acceso y de intercomunicación, los primeros afincamientos de un proletariado no dedicado a la labranza, sino a la atención de una serie de faenas propias del puerto, de la preparación de los frutos del país y de las carnes saladas.
En 1838 el pueblo que aún no tenía el nombre de Barracas al Sur, estaba habitado por 419 personas, muchas de ellas empleadas en los saladeros.
En 1856, cuatro años después de fundado el Partido, había en el pueblo 3416 habitantes. Era la población más importante del sur de la provincia, con algunos saladeros y comercios. Cuando se creó el Partido, el pueblo de Barracas al Sud fue elegido como cabecera, es decir asiento de la autoridad municipal.